martes, 26 de octubre de 2010

Reflejo permanente

Los pequeños golpecitos se sucedían una y otra vez. Con cada sutil pinchazo podía sentir la tinta surcando su piel, tatuando ese rostro extraño sobre el suyo. Su cara estaba tan ensangrentada y rota como el espejo que la dibujaba.

Saryle


2 comentarios:

  1. Sara, no entiendo el final. Lo he leído varias veces y.... nada, estoy perdidísimo

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  2. Su reflejo en el espejo se tatuaba sobre su cara. La tinta era la sangre, el tatuador el espejo. (me salió otro micro...)Saludos

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