Después de tanto tiempo, hemos vuelto a vernos. Cada uno con su familia y pareja. Para otros es una acción insignificante, para mí, es cruzar un puente hacia los recuerdos, un ejercicio de madurez. Es hurgar en la curiosidad infinita de los secretos. Al vernos, tu boca esta sellada, tus ojos buscan a tientas el reconocerse en los míos, esquivando con educación una llama que hubo existido. Extrapolas el destino al indagar en mis hijos. Te miro de espaldas para no destapar secuencias guardadas.
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Me ha gustado mucho, la verdad.
ResponderEliminar@Albada
ResponderEliminarGracias Albada. Cuando los mr. se escriben desde la realidad son más fáciles de transmitir y de escribir. No tienen el encanto de lo imaginado, pero si la fuerza de un secreto a voces no pronunciado.
Cuánto transmites cuando escribes. Muy buen relato.
ResponderEliminarEres un encanto, Sara... con estos ánimos, solo puedo hacer una cosa para responderte, seguir escribiendo, gracias.
ResponderEliminarTe miro de espaldas para no destapar secuencias guardadas. Extrapolas el destino al indagar en mis hijos...
ResponderEliminarDos perlas literarias.
A veces uno descubre hallazgos con el brillo de lo nunca/raramente dicho.
Y dejas colgadas en el cielo, para asombro de los caminantes, dos estrellas nuevas.
Opino como Gabriel que la última frase del texto es todo un descubrimiento. "Te miro de espaldas..." tiene sentido por sí misma, es toda una historia en sí, se proyescta desde el pasado con profundidad para determinar lo que puede pasar en un instante... y todo sin que haya pasado nada. Genial
ResponderEliminar@gabrielpalafox
ResponderEliminarCuando tienes la suerte de desmenuzar una escena real acontecida en un instante de lucidez, la transmisión de tu pensamiento se hace palabra. Es todo un honor para mí tu critica positiva a este mr. Muchísimas gracias.
@juanxxi
ResponderEliminarAmigo Juan, hago extensivo el orgullo viniendo de una persona como tú. Es un verdadero placer compartir líneas en un espacio con personas enamoradas de las letras y me complace ya el simple hecho de ser leído.
Me has hecho recordar situaciones similares.
ResponderEliminarUn día, cuando no lo esperas, se aparecen reencarnados los espectros del pasado.
Bien conseguido.
Realmente me ha encantado. Creo que es de la realidad precisamente de donde se puede extraer el sentimiento más visceral y por ende bello. Posibilidades de lo que pudo ser que se nos acaban presentando para excitar nuestra melancolía. Chapeau veintiuno.
ResponderEliminar@papelylápiz
ResponderEliminarTodos hemos pasado por esto en mayor o menor medida. Dicen que todo vuelve, aunque sea en forma de instantánea . Gracias, Luis.
@Eunuco
ResponderEliminarRemover recuerdos a veces no es recomendable. Nos cambian escenas memorizadas mil veces y nunca serán igual. Lo has sentido cerca mía, lo noto en el comentario. Gracias, Eunuco.
Que intimo diálogo el del protagonista del relato. Cada frase es en relación a él. Me gusta mucho.
ResponderEliminar@alsquare
ResponderEliminarExactamente, alsquare, la única opinión, pensamiento y análisis de la situación creada está en manos del protagonista principal. Es completamente unilateral el relato y de hecho el imagina supuestos pensamientos ajenos, para alimentar dicho encuentro. Gracias.
Veinituno dices que el relato "es completamente unilateral y de hecho el imagina supuestos pensamientos ajenos, para alimentar dicho encuentro" .Me pregunto: ¿estaría pensando exactamente lo mismo la otra persona?. Quizá si. y el supuesto pensamiento imaginado fuese absolutamente real. Que bello, ¿no?. Me gusta mucho. Muy logrado.
ResponderEliminar@Tagore123
ResponderEliminarEs completamente inquietante lo que piensa la otra persona, eso le da más alas a su propio instinto. Es el por qué de las miradas, intentando adivinar algo que le haga no perder el último vínculo. Gracias Tagore123, un abrazo.