sábado, 16 de octubre de 2010

Siempre hubo clases - (papelylápiz)

Sentada sobre la frí­a piedra, una señora mendiga a la entrada de la muralla. Viste sucia y de negro, tiene hinchadas las piernas y gesto de dolor. A nadie veo echar monedas. En la plaza de la catedral, un hombre joven y aspecto dicharachero pide con su gorra a los turistas, saluda cortésmente, se mueve con gracia y algo debe decirles que tenga gracia, pues consigue monedas con cierta facilidad. Hasta ahora no habí­a reparado en la diferencia entre "mendicidad" y "alguien que vive de pedir".

1 comentario:

  1. Me encanta. Tiene algo periodístico, directo, eficaz... y tiene un contenido explícito.

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