miércoles, 24 de noviembre de 2010

Bufón

Cómicamente da saltitos alternando los pies mientras hace pedorretas con su boca sonriente. El niño lo observa con semblante serio. El hombre siente que hace el tonto y continúa su actuación con torpeza y vergüenza. Choca una y otra vez con las mismas cosas; tropieza e intenta asirse al aire, pero al no encontrar resistencia da manotazos y patadas para no caerse; al fin se enreda con sus propios pies y resbala. El niño, extasiado, ríe a carcajadas. Entonces el hombre, satisfecho, pinta una sonrisa en su boca y se convierte en payaso.

Saryle

2 comentarios:

  1. Buen micro. Todo sea por alegrarle la vida a un niño...

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Hank. ¿Quién no se ha convertido en algún momento en payaso para hacer reír a un niño? Aunque para ello debamos sentirnos "tontos" un ratito.

    ResponderEliminar