Él, mientras, comenta el pésimo tiempo que hace mirando hacia la calle y gradúa las láminas de las ventanas.
Como cada jueves toca sesión. Una hora en la que yo le cuento mi vida y él intenta descifrar mi ADN , a la vez que, fija su mirada en mis piernas y se distrae persiguiendo la línea de la costura de mis medias, desde el tobillo hasta el punto en que se esconde bajo mi falda.
Íngrid
Has conseguido que todos dejemos de escuchar lo que cuentas, para seguir detenidamente esa costura y quedarnos sordomudos, dejando a la imaginación, qué ADN se esconde bajo esa minifalda, tan bien colocada.
ResponderEliminarjeje...en ese caso seguiré contando la historia.
ResponderEliminargrácias 21,
besos
Me gusta este lado híper-cálido de la terapia. Se insinúa tentadora...
ResponderEliminar@Eunuco
ResponderEliminara mi me gusta que te guste.
grácias Eunuco,
besos