Sin saberlo, perdió el control de la razón, no se dio cuenta y vivía inmerso en una gran felicidad. Todo era positivo, estaba alegre y jovial, nada le importa, y aquello de lo que renegó es ahora su sustento. Luego, con el tiempo, la razón retoma posiciones perdidas, y lucha por sobrevivir ante el descalabro del corazón. Unos logran la reconquista, otros se resignan ante la derrota y tratan de adaptarse.
Amor y razón, difícil mezcla
cormoran
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