viernes, 19 de noviembre de 2010

Domus

Sólo se atrevía a mirar al suelo. Sobre el suelo de pulido carrara vio el reflejo de su ofendida figura, mientras ella se marchaba con gesto desairado y pasos enrabietados, dando un portazo. Era la enésima discusión por un asunto tan nimio que ya lo había olvidado. Se esforzó por recordar la razón de esta y las otras agarradas. Imposible. Qué palo. Tendría que imaginar una nueva excusa para poder discutir con ella cuando volviese de casa de su madre.

tapia


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