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lunes, 22 de noviembre de 2010
La obvia belleza de cierto tipo de tristeza...
Te veo lavar tu pelo imaginando que la palangana oculta tu sucedáneo de sonrisa. Abres las cortinas y el día ansioso te quema sobre mis retinas húmedas. Vacías los cajones a cámara lenta e ignoras las súplicas que estallan ajadas como tuertos fuegos artificiales. Rehaces a dos manos la maleta que una vez cuatro deshicieron. Y cuando te vas sólo queda una estela que clavo al suelo, un olor que encierro en el desván y una llama que, aunque agoniza en mi estómago, siento lejana a apagarse.
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Me pregunto si olvidaste firmar esta belleza de relato.
ResponderEliminar@tapia
ResponderEliminarCierto es, olvidé firmar. Gracias por recordármelo.
Elucubraba con la autoría, cada uno tenemos una forma de escribir, y ya vamos reconociendo el estilo. Me ha gustado.
ResponderEliminarPrecioso relato, Eunuco. Me ha gustado mucho. El desamor lo desmenuzas con mucha facilidad.
ResponderEliminar@21
ResponderEliminarHola 21, sí, el amor en todos sus estadios es una fuente inagotable ¿verdad? Gracias por tus comentarios.
@marga
ResponderEliminarMe alegro de que te guste Marga. Creo que es felizmente inevitable que poco a poco vayamos conociendo nuestros estilos. Un saludo.
Como bien dice el título, Eunuco, narras la tristeza con belleza, esa que desprenden tus palabras tan bien escogidas y sentidas.
ResponderEliminar@Sara Lew
ResponderEliminarGracias Sara, todo un halago viniendo de ti.
Bello, Eunuco, muy bello.
ResponderEliminar@Eunuco
ResponderEliminarGracias pero noto el paarón de esta semanas... me leo un poco atropellado. Habrá que pillar el ritmo otra vez, saludos y más saludos.
Muy bello Eunuco!! El amor con toda su estela de matices a su alrededor; tú tienes tu propia luz que plasmas con tu estilo tan característico.
ResponderEliminar@Vanadis
ResponderEliminarGracias Vanadis, es reconfortante verte por aqui de nuevo.