domingo, 28 de noviembre de 2010

Por y para ti

Calor. Eres calor y me envuelves en él. Tus brazos me aíslan del mundo y me otorgan el poder de seducirte. Tus ojos me persiguen, se pierden y entretienen por mi cuerpo y vuelven a mis ojos, entregados. Recibo, entonces, toda tu fuerza que me llena de tal manera que estallo. Eres un coloso en ese instante. Un dios al que adoro. Después, satisfecha y reposada, percibo tu infinita ternura en las mil caricias que me dedicas.

Damadeltablero


1 comentario:

  1. Si la pasión espontánea puede ser descrita, aquí percibo toda una bocanada. Un incendio, un frenesí femenino que a cualquiera le gustaría ser participe. Un abrazo cortito, dama, que no me quiero quemar. Gracias por escribir con los sentidos y mostrarnos con tanta claridad una pasión de mujer.

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