martes, 23 de noviembre de 2010

A punto

Salgo de La Sebastiana susurrando tus versos, los mismos que iluminaron mi adolescencia con su ardor juvenil. Con ellos en mis labios, poquito a poco voy subiendo por el valle de Olmué y, cuando hago cumbre en La Campana, ya no te canto: te declamo a pleno pulmón. Con la espalda a apoydada en la Cordillera, te veo reducido a un punto invisible a punto de caer al Pacífico, tan minúsculo que tus poemas allí ya no caben. Pero los llevo conmigo, a punto de tocar el cielo.

tapia


4 comentarios:

  1. Por si alguien lee lo que escrito: he hecho un copiar-pegar sin repasar. Donde pone "espalda a apoydada" os pido que leáis "espalda apoyada". Gracias.

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  2. Te leemos, claro. Nos sacas mucho de viaje y se agradece.

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  3. Muchas gracias por leer algunas de estas descripciones de viaje. Sé que pueden ser aburridas (autocalificación), sobre todo en ausencia de referencias concretas sobre tales viajes.

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  4. Error sobre error: "lo que escrito" debería de ser "lo que he escrito". Obvio. Qué malas son las prisas.

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