viernes, 12 de noviembre de 2010

Sentado

Sentado frente al espejo del bar, no se vio reflejado. Se sumió en una profunda desesperación al comprobar que su personalidad se había anulado hasta ese punto y sollozó amargamente con la cabeza apoyada sobre los brazos. Entre lágrimas, su reflejo miró al otro lado del espejo. No había nadie.

tapia


1 comentario:

  1. Bienvenido, Tapia. Te había leído algunas veces en Eskup. Me gusta este relato, ese juego de ausencias frente al espejo. Un saludo.

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