mirina
Espacio de creación de microrrelatos,
cuentos cortos y otras formas de
literatura breve, al acceso de cualquiera.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Verdes
Eran verdes. Como los versos de Lorca. Como las algas que te miraban pasar entre burbujas. Como el agua que te recibía enamorada y se abría ante tu peso ansiando no dejarte emerger jamás. Eran frescos. Y verdes. Una vez me sonrieron. Otra, me ayudaron a subir a bordo, alguna me esquivaron y la última, la última maldita vez, juro que me buscaron. Pero fui tan desconfiada, tan lenta, tan… torpe, que dejé pasar la llamarada de tus ojos verdes y nunca más volví a encontrar tanto deseo en unos ojos.
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Hola Mirina, un gusto leerte.
ResponderEliminar¡Ay! Esos momentos que dejamos pasar, que se escapan como estrellas fugases, un parpadeo y ya no están. Sin embargo perdura la sensación de haber perdido algo, de que hubiese pasado si... Aunque al final siempre compensamos unas vivencias con otras. Y seguimos adelante.
Me encantó, Mirina, qué bien expresadas esas emociones!
ResponderEliminar¿Cómo dudar de una llamarada verde, mirina?. Me encanta este relato y no solo por su descripción, sino por su vinculación entre unos ojos y tanto mar, aquel oceánico, por su color que te invita a bucear en una mirada.
ResponderEliminar@Sara LewHola, Saryle. Tienes razón, seguimos adelante con la desazón de los instantes perdidos, jurándonos que no nos volverá a pasar, aunque claro, nunca sabremos si aún tendremos la oportunidad de que nos vuelva a pasar. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminar@papelylápizHola, papelylápiz, y gracias por dedicarme un poquito de tu tiempo.
ResponderEliminar@21 Hola, veintiuno, gracias por tu entusiasmo lector y por tu incombustible afán de "comentarista", ;)
ResponderEliminarAh, los ojos verdes..Y aquel momento. Aquel cruce de caminos. Aquel mar (verde) de dudas.
ResponderEliminarY la ocasión que no se acaba de prender. Y el pajarillo que se fue volando, cruzando el ancho mar (verde), a anidar en otras tierras. Lejanas y verdes. Siéntete hermanada Mirina, con todo el ejército de perdedores que somos legión. La legión verde. De la esperanza, supongo.
Es un relato precioso, Mirina. Por la intensidad con que nos transmites un momento de pasión prendido de una mirada.
ResponderEliminar@gabrielpalafox Me ha encantado, gabrielpalafox, me has hecho reír, me has hecho sentir menos sola y me has regalado tus hermosas palabras, muchas gracias, es precioso. Y esperemos que sí, que seamos una legión verde de esperanzados cazadores de sueños (y que sean lo mas reales posibles, por favor).
ResponderEliminarQue hermoso Mirina. Dicen que el tren de la vida nunca pasa dos veces por el mismo sitio. Pero yo no lo creo. Soy positiva y pienso que el tren perdido estará a punto de parar en mi estación en cualquier momento. A lo mejor no tiene ojos tan verdes, tampoco me preocupa. Ya los tengo yo. Lo que importa es que te vuelvan a mirar con el cariño de antaño. Y estoy segura de que lo harán. Un besazo
ResponderEliminar@damadeltablero Gracias, dama, y más viniendo de alguien que escribe con la intensidad que lo haces tú.
ResponderEliminar@Tagore123Vaya, no sabía que tenías ojos verdes, Tagore, qué bonitos ojos tienes. Gracias por tus palabras y por transmitirme tu actitud tan positiva (como tantas otras veces), me alegra mucho que te haya gustado. Oreo besazo para ti.
ResponderEliminarLos ojos verdes en personas de tez y cabello oscuros tienen un qué sé yo que nos subyugan.
ResponderEliminarBajo la luna gitana:verde viento, verdes ramas
los ojos verdes parecen abrise como ventanas.
Me ha gustado
@Albada Hola, Albada. Tienes razón, los ojos verdes subyugan y suelen saber que lo hacen, tal vez por eso resultan tan seductores. Gracias por tu lectura y tu comentario y sobre todo, por este combinado de versos de Lorca y tuyos.
ResponderEliminarEran fresos. Y verdes.
ResponderEliminarQuién no ha tenido unos ojos verdes en su vida, no sabe lo que se pierde, ningún color es tán luminoso y sugerente y provocativo.
Precioso.
@mirina
ResponderEliminarVaya Mirina, la que me has montado... he viajado a unas noches perdidas en el calendario, al interior de unos ojos verdes, prohibidos, hipnóticos, que me cautivaron desde el otro lado de un cristal que encerraba hielos y ginebra. Unos ojos que brillaban mientras bailábamos músicas sin importancia y que siguieron ahí a la mañana siguiente. Esta noche han vuelto gracias a tus Verdes...
Precioso. También yo me dejé embrujar una vez por un verde intensamente irlandés. ¿Qué tendrá el verde que no tengan otros colores de ojos? Descrito como lo haces, mirina, no hay duda de que son, o tendrían que haber sido, los definitivos.
ResponderEliminar@desasosegada Sí, hay ojos que enamoran y siempre se recuerdan, gracias por tu comentario, desasosegada.
ResponderEliminar@Eunuco Pues casi has escrito otro mr sobre ojos, verdes, Eunuco, un poco más y ya lo tienes, ;)
ResponderEliminar@tapiaSí, los ojos verdes atrapan, no sé si por el exotismo del color o porque sus poseedores conocen su encanto y los usan muy bien. Gracias por leer y comentar, Tapia.
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