Busco inspiración en el pozo de mis propias decepciones, pero donde esperaba sorber el amargo cáliz de la derrota sólo noto la calidez de tus labios, y el doloroso llanto en que deseo sumirme escampa ante tu risa franca. Ni tan sólo hoy, que quiero ser infeliz, me prestas tu complicidad.
Bravo por esos labios, por esa risa, por esa falta de complicidad... A por ellos.
ResponderEliminarMuchas gracias por los ánimos. Pero estoy intentando deprimirme, por lo que aún me ayudaría más el que le hayas dado a "1 estrella" de "malo". Es que entre una y otros no hay manera. Saludos.
ResponderEliminarPero, ¿cómo sabemos que el anónimo/a autor/a es el/la mismo/a que el anónimo/a comentarista? Conundrum (término que en sí mismo es un "conundrum").
ResponderEliminarPero es que si te deprimes harás infelices al menos a dos personas
ResponderEliminarDeprimente.
ResponderEliminarYo soy el Anónimo 1 y el Anónimo 4, no el Anónimo autor/a ni tampoco el Anónimo Conundrum. Para que conste
ResponderEliminarBravo. Es importante salir del armario.
ResponderEliminarVale ya, Corundum, que así Anónimo autor/a no conseguirá deprimirse...
ResponderEliminarAnónimo 1, 4, 6 y el presente
Jajaja (risas de fondo, no las de la risa franca del relato, para que no lo consiga).
ResponderEliminarUn "1". Bien, ya era hora.
ResponderEliminarDisculpenmé ustedes. Pensé que estaba en un blog serio de escritores de Microrrelatos. No en uno de anónimos adolescentes tirandose la pelota y galleando a ver cuál es el mas "macho" . Que triste pendejada.
ResponderEliminarEs un microrrelato estupendo, Carlota. Pasa de esos deprimentes anónimos y por favor sigue escribiendo.
ResponderEliminarEn efecto: estupendo es la palabra.
ResponderEliminarHola Carlota. Me ha encantado tu relato. Bienvenida.
ResponderEliminarCarlota, bienvenida y recuerda que no ofende el que quiere, sino el que puede. Hay ruidos que no molestan por muy fuerte que suenen. Te animo a que sigas.
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