Los días de lluvia, planifico saltos y danzas rituales que me ayuden a evitar el gris y a exprimir el paisaje licuado.
Los días en que la niebla lo cubre todo, me empeño en deshacer dudas y azares, en desmarañar ovillos enquistados.
Y los días de tormenta, me aplaco, me calmo, hiberno en un sueño manso y pacificador a la espera de tiempos mejores.
Cronopio
Buen micro, aunque veo que hay un "Contracorriente" anterior en este blog, que no tiene nada que ver con este, de otro/a autor/a.
ResponderEliminarLos días soleados te espera en el zagúan leyendo.
ResponderEliminarLos días de lluvia te va a buscar con el paraguas antidesánimo.
Los días de niebla te encuentra en la luz de sus faros.
Los días de tormenta reinventa la calma.
Un abrazo.
Muy bueno.¡Me ha encantado!.Me he identificado ahí totalmente. Un saludo.
ResponderEliminar