Los ojos contienen el pálpito, al percibir compañía extra. Se detiene tensando sus músculos de fuego, al acecho, dobla sus articulaciones, dominando una pose de leyenda, próxima a detener el tiempo. Sabedor de la decisión vital, escucha todo lo que necesita de su adversario. La próxima fracción de segundo, decidirá.
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Suavemente, en silencio, escudriñó a su presa. Las insinuantes curvas de su lomo, el brillo encandilador de su pelaje, el aroma hipnotizante que desprendía, la atmósfera era perfecta para atacar...
ResponderEliminar@Vanadis
ResponderEliminarSiempre en silencio. El movimiento felino, aún cuando es brusco, posee un halo que nos recuerda a otros mundos que habitan el nuestro. Y toda esta belleza a punto de la extinción por la avaricia humana. Gracias por seguirlo...