domingo, 12 de diciembre de 2010

Mar

Sus vidas cristalizan en impulsos, deseos que convierten en palabras. Cada uno de ellos las deposita cuidadosamente sobre las olas, que las transportan sin pausa. Aman, no aman. Cada mañana recogen de la arena las palabras compartidas, traídas por los vientos. Sueñan, no sueñan. Así, se nutren mutuamente de ideas y emociones que transmutan en sí mismos. Conocen, no conocen. Cada uno desde su antiguo puerto fenicio. Separados, unidos por las mismas olas, el mismo mar. Saben, no saben.

3 comentarios:

  1. Qué combinación de fuerza, ritmo y belleza. ¡Enhorabuena! Muy logrado.

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  2. El mar une y separa, alimenta y hunde, crea y destruye: emociones, personas, ideas, palabras. Aislante pero comunicante. Me alegro de que este ejercicio te haya gustado. Aunque lo haya escrito en clave.

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  3. Justamente porque lo has escrito en clave...

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