viernes, 10 de diciembre de 2010

Odisea en el metro

Calipso, la ninfa, lo atrapó con sus artes y lo amó o embrujó durante siete largos años. Finalmente, desechando la divina inmortalidad, escogió la terrenal libertad. Ítaca persistía en su mente.
A mi lado, la hermosa muchacha con piel de ébano y serenos ojos continuó leyendo. Bajó del metro en el momento en que Alcinoo, el feacio, ofrecía a Ulises la mano de su bella hija Nausícaa.
Ardí en deseos de seguirla para conocer de sus labios si aceptó, o si honró eternamente a su fiel Penélope.
Anonymous

3 comentarios:

  1. No está mal, pero el autor no es Anonymous. O no el verdadero Anonymous, o ninguno de los verdaderos Anonymous.

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  2. Me encanta el relato y todo lo que le rodea, esa mezcla de vanguardia y mitología. Es casi mágico. Lástima de comentario.

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  3. Me honró eternamente, claro, con algún que otro desliz autorizado.
    ;-)

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