No tardó en recuperar memorias y lugares comunes, recopilando pedacitos de pasados mejores, reconstruyendo su vida a trompicones.
Le costó, pero tras manosear con paciencia las piezas del terco rompecabezas, logró emparentar con el presente a través de atajos deshilachados, a través de senderos polvorientos que el tiempo había dejado casi inservibles.
Cronopio
Un placer leerte también esta mañana, Cronopio, gracias por este relato en clave de supervivencia.
ResponderEliminarVolver... ese ejercicio de valentía por el esfuerzo que te exige, por lo que puedes encontrar(te), por las tremendas decepciones a las que te expones. Muy bueno.
ResponderEliminarPrecioso crono.
ResponderEliminarSobrevivir al regreso, sea éste como sea, no siempre es fácil. Esa dureza es la que quería retratar. Por vuestros comentarios, veo que más o menos lo he logrado. Muchas gracias a los tres.
ResponderEliminarRetrato de un regreso.
ResponderEliminarTal vez un pedazo del que regresa nunca se fué muy lejos.
Un gusto reencontrarte
Estupendo como retratas el regreso, Cronopio. Me encanta leerte.
ResponderEliminarGracias, Albada y Sara, por vuestros comentarios y vuestros ánimos.
ResponderEliminarTodo elogio es poco. Algunos colocan buenos relatos con frecuencia, otros con menos frecuencia. Pero tú, cronopio, muy raramente defraudas.
ResponderEliminarFantástico Crono. Me encanta tu regreso, aunque siempre estuviste.
ResponderEliminar@Anónimo Bueno, creo que exageras un poco, pero gracias de todos modos. Comentarios como el tuyo, me animan a seguir buscando y escribiendo.
ResponderEliminar@Tagore123Gracias, Tagore. No recordaba haberme ido...bueno a lo mejor he estado un poco ausente últimamente, jejeje.
ResponderEliminar