Esperó en barbecho a que la descomposición de su matrimonio se apagara. Cuando creyó llegado el momento de la nueva siembra, roturó el cuerpo en un gimnasio, aireó la autoestima en un taller de pintura y arrancó malos recuerdos volviendo a quedar con viejos amigos. La fertilidad del terreno produjo una buena cosecha.
Rodia
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Rodia

Jaja! Divertido e irónico. Me ha gustado
ResponderEliminarGracias Gabriel... aunque no pensaba ser divertido ni ironico. Sera que no puedo evitarlo, jeje
ResponderEliminarA primera vista parecía esos títulos que se compran para los que contraen matrimonio con frecuencia...
ResponderEliminar@Rodia
Si no pensabas ser divertido ni irónico, piénsatelo mejor: se te da muy bien.
La vida marital en períodos largos hace perder esa forma física y mental de la soltería.
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