Las fantasmagóricas carcajadas resonaban, martirizadoras, en sus oídos, pero no adivinaba su procedencia. Como un poseído, corrió escaleras arriba, miró bajo la cama, se asomó por la ventana. Angustiado, comprobó que no provenía de ningún lugar discernible. Perseguido por esa insoportable risa de ultratumba, entró en el baño y, con el corazón desbocado, vio en el espejo un rostro desencajado por una incontenible risa sardónica.
tallaets
Blogged with MessageDance using Gmail
tallaets

0 comentarios:
Publicar un comentario