Refugiado en su envoltura de metal oxidado, se creía capaz de hacer palidecer al mismo miedo con sus acerados espadazos al aire.
Creyéndose imbatible, asfaltó su sendero zigzagueante con ladrillos de barro y delirio.
Empeñado en llenar los mil mundos que le circundaban con ruido, sólo encontró silencio.
Cronopio
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Creyéndose imbatible, asfaltó su sendero zigzagueante con ladrillos de barro y delirio.
Empeñado en llenar los mil mundos que le circundaban con ruido, sólo encontró silencio.
Cronopio

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