No logro interpretar, con la soltura de antaño, los mensajes encubiertos que arrastra el viento hasta mi puerta.
No comprendo ni el sonido cifrado de la lluvia, ni las señales trazadas por las estelas de las nubes en este cielo imaginario y aplomado que cubre mi cuarto.
Hoy la niebla no me deja, tan siquiera, entender el paso del tiempo.
Cronopio
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No comprendo ni el sonido cifrado de la lluvia, ni las señales trazadas por las estelas de las nubes en este cielo imaginario y aplomado que cubre mi cuarto.
Hoy la niebla no me deja, tan siquiera, entender el paso del tiempo.
Cronopio

Una soledad tan absoluta como deseada, esa soledad que podemos desechar cuando queramos y que encontraremos siempre que queramos por ser la más fiel de todas.
ResponderEliminarSiempre que la sepamos dominar y manejar, la soledad puede ser una gran compañera, desde luego. Gracias, una vez más, por tus comentarios, cormoran.
ResponderEliminarMuy bonito y muy reconocible, hay veces que nos falta aplomo para interpretar las pistas y nos damos tortas como panes.
ResponderEliminarCuánto expresa esa primera frase... Me ha encantado, Cronopio. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marga y Sara por vuestros comentarios. Un saludo.
ResponderEliminarLa niebla puede llegar a traspasar hasta lo más profundo de nosotros mismos, confundirnos, perdernos. Has plasmado extraordinariamente una sensación que hoy reconozco... siento frío...
ResponderEliminarLa niebla es un símbolo muy potente y evocador de lo desconocido, de lo escondido, del frío puro y duro... Muchas gracias por tu comentario, Vanadis
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