jueves, 13 de enero de 2011

Reproches

De aquella misma boca que tiempo atrás habían fluido palabras rebozadas en ternura, frases envueltas en compromiso, esperanza y aliento, escuchó, -después de un provocador desafío y treinta segundos de silencio interminable-, un baile de palabras engrasadas en muerte, como lanzas hirientes, fulminando todo resquicio de vida.
Una etapa se había acabado. Una situación artificial que ninguna de las partes quería destapar: Ella escuchó aquello que siempre quiso saber y jamás estuvo dispuesta a oír.

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4 comentarios:

  1. Hay gotas que colman vasos, personas esponjas que nunca dejan que se colmen y en todos los casos el hablar es más difícil que el absorber, entre otras cosas por el efecto boomerang de las palabras, por las diversas interpretaciones de las mismas.... El decidirse a descargar es una situación realmente límite, porque ya no hay miedo a perder, ya no hay nada

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  2. ¡Qué bien expresado el final de una relación!. ¡Y qué buen comentario aporta Cormorán! Estoy con él: los reproches, el descuido de las maneras y todos los demás descuidos, son ese intermedio donde se va erosionando poco a poco algo que se sintió como grandioso; hasta no quedar nada. ¡Pero qué difícil es superar todas las tensiones tan diversas del día a día!. Sólo si se tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro, se podrá pedir perdón a tiempo tras cada peqaueña ofensa.

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  3. A veces negarse una realidad es alargar una tortura o una agonía. Pero ¿cómo y cuándo se sabe que ya no hay antídoto, que no hay antibiótico que arrase o enmascare a los virus que han ido creciendo hasta adueñarse de las personas, de su vida y de sus sentimientos?

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  4. Los reproches nacen de las palabras mudas, sesgadas antes de nacer, agolpadas. De lo que no expresamos a tiempo por miedo a soluciones no deseadas. El miedo a decir la verdad, simplemente... lo que pensamos, por no herir a la persona a quién van dirigidas y anidan destrozando todo lo que encuentran a su paso. No solucionar a tiempo un pequeño desencuentro, puede convertir una cortina en un muro infranqueable. Muchas gracias por leerme, Cormoran, Luis y Vanadis.

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