Los aplausos resonaban en la platea y unas inoportunas lágrimas inundaron mis ojos.
! 40 años en el escenario! He sido doncella y marquesa, puta y monja, he vestido miriñaque y traje de luces, pero hoy es mi último día.
Ese telón bajará para siempre y ya sólo podré ser "espectadora".
Me encaminé emocionada al camerino y me despinté entre lágrimas y risas.
Finalmente, todo terminó.
Cogí el abrigo, me despedí del conserje y salí a la calle... a seguir a actuando
desasosegada

Es un relato intenso y agridulce, Desasosegada. Y muy crítico, me ha gustado.
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