jueves, 3 de marzo de 2011

El olor de los naranjos al anochecer

Nací en el Mediterráneo como Serrat o Sorolla y como ellos llevo en la piel el color del sol de mayo y en el alma el gusto por la bohemia.
Lo que ocurre es que después de de pasarte la vida dando patadas a las piedras de medio mundo, uno se siente de ningún sitio o de todos, según el humor del día.
Por eso cuando me dijiste: "Hueles como los naranjos al anochecer" me sentí de nuevo en casa y supe que allá a dónde vaya, llevaré la esencia de mi tierra.


desasosegada

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6 comentarios:

  1. De todos los olores, de todos todos, el de los naranjos al anochecer está en mis Top 2 (el otro era una magnolia de la casa vecina de mi infancia).
    Gracias por evocármelo.

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  2. Qué bello, desasosegada. Después de dar patadas a las piedras de medio mundo, ya no recuerdo el olor de mi tierra. Así que tu relato me ha encantado.
    Un abrazo.

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  3. Eglon, no te olvides de el olor de las lilas, el de la hierba mojada, el del café recién hecho, el de... bueno necesito un Top 20

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  4. Gracias Sara, que cosa los olores, verdad??? nos acercan y nos alejan el tiempo como el zoom de una supercámara de fotos

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  5. Dicen los científicos que es el sentido más antiguo que tenemos, de nuestra época de reptiles...

    @Marga, me refería exclusivamente al rubro Flores. Si no, hubiese mencionado el olor de la que estoy amando...

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  6. Es maravilloso, Desasosegada, no solo por los aromas y colores que desprende, sino porque es toda una confesión de vida. Y tienes razón, los olores pueden convertirse en verdaderas máquinas del tiempo. A mí también me ha encantado.

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