En la guerra aprendió que la afirmación era falsa. Cuando cayó en sus manos un enemigo, cautivo y desarmado (porque pertenecía al ejército victorioso, faltaba más), se dio cuenta que, como él, era carne mortal. Otro mandado. Que podía apetecerle tabaco, que podía aflojarle las ataduras. Incluso intercambiar algunas palabras para reconocerse como iguales.
Pero en el amor...
eglon82
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Pero en el amor...
eglon82
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…cuando se lo convierte en una guerra, entonces, todo está permitido, pero si se trata al amor con amor, entonces, la afirmación vuelve a ser falsa. Buen relato, Eglon.
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