lunes, 25 de abril de 2011

Diatribas etílicas

Si éste fuese un mundo ideal y sin fisuras, aquélla debería haber sido la última copa, tal y como había decidido momentos antes de pedirla.

Si el azar no existiese, si el presente fuese maleable, si fuese dueño de su cuerpo, habría sido capaz de sortear a la dulce tentación vertida en aquel vaso largo y translúcido.

Si no hubiese llovido tanto ahí fuera, si la absurda sed de huir de él mismo no fuese inversamente proporcional a la cordura, no habría seguido abrazado al final de la barra.





Cronopio

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2 comentarios:

  1. Es redondo.La mano agarra el vaso como agarra al clavo que le sujeta del globo para no aterrizar en la prosáica realidad.
    Leerte siempre es un ragalo a la inteligencia y a la sensibilidad.
    Un abrazo

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  2. Aunque a veces la resbaladiza cuesta abajo de la realidad no entiende ni de clavos, ni de globos, ni de asideros etílicos...Muchas gracias por tus palabras, Albada. Un abrazo.

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