domingo, 15 de mayo de 2011

Al despertar

De vez en cuando hundía
las manos en mi alma
-y era allí, donde estabas.
Pero regresaban desoladas y vacías
por no sentir, al tacto, tu cintura.


Papelylápiz

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3 comentarios:

  1. gabriel palafox16/5/11, 9:54

    La emoción y la conmoción de la buena poesía. El cuerpo y la esencia, la mente y el corazón.

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  2. Bellísimo. Aunque ya te lo comenté en tu blog. Un beso.

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  3. Gracias, Gabrielpalafox y Sara.
    En el blog, al añadir foto queda un poco más "decorado".
    Un abrazo a ambos

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