Angustia

Resopla contrariado mientras busca, infructuosamente, la llave que le permita abrir, por fin, la puerta que le ha de llevar hacia ese zaguán imposible, donde reposan los retazos de los sueños no soñados y las piezas de los deseos más ocultos. Quizás no sea más que una pegajosa pesadilla, pero lleva ya horas detenido ante el umbral, y las espinas y el lodo cada vez le tienen más cercado. Intenta, a la desesperada, seguir respirando, mientras asiste, impávido, al espectáculo de su propio adiós.

Cronopio

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