Un terrible dolor de muelas en pleno agosto me condujo a una clínica de esas "integrales". En recepción balbuceé algo sobre la urgencia del caso.
- "Un implante y como nueva"
Con la boca abierta y dos tubos en su interior, sólo pude mirarle con ojos asustados.
- "No te preocupes, merece la pena la inversión, créeme"
Puse ojos de "ya lo pensaré" pero no me debí expresar bien.
Al despertarme tenía un dolor de muelas colosal y unas tetas dos tallas más grande que las mías.
desasosegada
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¡Qué peligro tienen esas clínicas integrales, Marga!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este relato-critica que te has marcado.
Saludos.