La torpeza y la timidez me impidieron aprehender la intensidad de tus miradas furtivas, cuando al despedirnos volvías la cabeza o la última comida en la que apenas pudimos probar bocado. Y ahora que estás tan lejos echo de menos aquellos momentos compartidos, tan fugaces, en los que hablabas y yo sólo miraba tus manos y la boca y los ojos y tu pelo. Dicen que el amor no se mide por lo que dura si no por la huella que deja. Y maldigo mi estupidez por no haber captado la huella de tu mirada fugaz.
flix
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flix

Me ha gustado, flix. A todos los que no hemos sabido atrapar esa fugaz mirada, sabemos que otra vida, otra versión de nosotros mismos se perdió en solo eso: en un instante fugaz.
ResponderEliminarSaludos.
Flix, muy buenos esos chispazos de prosa umbraliana.
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