Adrián saltó de la cama, se desperezó y comenzó a bajar las escaleras hacia el comedor. Tropezó y casi cayó rodando, pero recuperó el equilibrio. Conectó el ordenador. Abrió el Facebook. Todos sus amigos habían desaparecido. Las fotos, los comentarios, todo. Solo había tres solicitudes de amistad. Juan, Rafa y Andrés. Abrió la boca, sorprendido. Los tres habían muerto hace tiempo. Como un mazazo, la verdad le golpeó en las sienes. Miró la escalera, comprendiendo. Así es como funciona, pensó...
Hank66
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Hank66

¡Has vuelto! Muy bueno y muy hankiano, Hank. Un saludo.
ResponderEliminarMe he tomado unas pequeñas vacaciones para visitar tierras cántabras. Ahora me cuesta escribir... los kilos de más me impiden acercarme a la mesa, jejeje. Gracias, Sara. Un saludo.
ResponderEliminar!Ojalá fuera así Hank! sería esperanzador pensar que encontraremos a los que se fueron, bueno al menos a los internáutas, jeje
ResponderEliminar!Me ha gustado mucho!
Qué bueno, y qué negro, Hank.
ResponderEliminarLa muerte como un paso sutil e imperceptible a un universo paralelo donde los vivos se han convertido en muertos y viceversa. Estoy un poco cabezón últimamente con los mundos paralelos, jajaja. Gracias, Marga y Eunuco, me alegra que os haya gustado.
ResponderEliminarTe ha sentado bien ese viaje, Hank. Me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos.