Con la entrada del buen tiempo, una parte de nuestro cuerpo lo celebra con especial alegría: nuestros pies. Si, aquellos que soportan nuestra existencia, callados, cerrados a cal y canto lejos de nuestra mirada.
Hoy, al descubierto, descubro su lenguaje, sus anhelos y sus quejas. Me han prohibido bajar, hasta que les preste atención y los mime para afrontar su próximo encierro.
¿Y tú? ¿escuchas a tu cuerpo?
Solo tenemos uno...
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Hoy, al descubierto, descubro su lenguaje, sus anhelos y sus quejas. Me han prohibido bajar, hasta que les preste atención y los mime para afrontar su próximo encierro.
¿Y tú? ¿escuchas a tu cuerpo?
Solo tenemos uno...
21

Tienes razón, nuestros pobres pies, lo muchisimo que tienen que soportar, muy divertido
ResponderEliminarGracias, Marga... por esa sonrisa.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias 21 por acordarte y recordarnos la importancia de tan sufridos e íntimos personajes. Un abrazo
ResponderEliminar@Gabriel Palafox
ResponderEliminarGracias a ti, Gabrielpalafox, por leerlo y comentarlo. Son simplemente devaneos estivales con miradas interiores...
Saludos.