miércoles, 31 de agosto de 2011

Secuencias

Aquel verano fue largo y espeso: fue alumbrado en un lecho de hambre, sangre y dolor, creció entre estertores y murió como mueren todos los veranos, a empellones.

Para completar el círculo de fuego, surgió de la nada un frío horrísono, metálico, cuartelario, dispuesto a arrasar las pocas esquirlas de alegría que quedaban en pie entre la desolación.

Lo que nadie imaginaba en aquel momento es que un invierno pudiese aguantar vivo e impasible (segando esperanzas, limando ilusiones) tantos años.

Cronopio

Blogged with MessageDance using Gmail | Reply On Twitter

0 comentarios:

Publicar un comentario