Tras una rigurosa selección, separó lo superfluo, lo inconsecuente, lo vano y lo convencional. Decidió conservar lo intrascendente, lo ilógico, lo inaudito y lo ambiguo. Matizó lo irreverente, lo sorprendente, lo posible y lo malsano. Con el resto, ni se molestó. Pensó en hacer una bola y tirarla sin más a la papelera. Pero recordó sus lecciones de «origami» y con unas cuantas dobleces anímicas, pergeñó una pajarita. La impulsó con fuerza, esperando verla desaparecer allende su entendimiento.
Lili Pout
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Lili Pout

jajaja, estupenda forma de trabajar un microrrelato (por ejemplo). Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarTe agradezco más de lo que imaginas, tu amable comentario. Un abrazo amigo
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, saludos Lili Pout.
ResponderEliminarMuchas gracias. Un saludo.
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