Abrázame fuerte. Necesito sentir tu pecho contra el mío, tu suave aliento en mi frente, tus palabras como tiernos susurros en mi oído. Ámame sin remilgos, mirándome a los ojos sin esconder la mirada, besando mis cicatrices como si fueran tuyas, aceptándome tal como soy ahora, después del accidente.
Saryle
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Si aceptarnos después de un cambio importante es necesario, ser aceptados es inprescindible.
ResponderEliminarUn beso
Sara, como la vida misma, la fatalidad del accidente, el ocaso del amor. La belleza exterior tan efímera, tan nada, pero tan venerada en estos tiempos nuestros.
ResponderEliminarMe gustan tus relatos, relámpagos...como alfileres que se clavan.
Un abrazo
Es verdad, Marga: primero debemos aceptarnos para ser aceptados. Y que los demás estén ahí, incondicionalmente, ayuda muchísimo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Xavier. Es difícil cuando el espejo y nuestro reflejo en los ojos de los demás nos devuelve una imagen diferente de nosotros mismos, nueva y transfigurada.
Un abrazo.