Las ruinas precedieron al deshielo, el deshielo al temblor, el temblor a las prisas, las prisas a los reencuentros y los reencuentros al sudor.
El sudor dio paso a un silencio explícito que derribó las pocas dudas que quedaban en pie.
Y, obviamente, nos volvimos a decir adiós.
Cronopio
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El sudor dio paso a un silencio explícito que derribó las pocas dudas que quedaban en pie.
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