!Qué pesados con el colegio! ¿no ven que no quiero ir?
Pero llegó el día; lloré en la cocina, en el coche y en el patio... pero dió igual, mamá me besó y se fue. ¡Entonces si que berrée con ganas!
Cuando me cansé, saqué el bocadillo y me puse a mordisquearlo pero tuve que guardarlo porque era pronto.
Salimos al recreo pero los columpios estaban llenos.
Me dormí y me riñeron porque tenía que jugar y cuando me puse a jugar resulta que había que dormir.
¡Y encima dicen que tengo que volver mañana!
desasosegada
Blogged with MessageDance using Gmail Reply On Twitter
¡Qué pronto empiezan a hacernos la puñeta, jajaja!
ResponderEliminarY así será siempre. Clones nos hacen. Se lee m uy bien.
ResponderEliminarJeje, creo que todos nos reconocemos en la angustia de un niño que va por primera vez al colegio... esos nervios los reproducimos luego muchas veces en la vida, pero claro ya tenemos que simular cierta entereza de la que seguramente carecemos.
ResponderEliminarEl recuerdo de una vivencia que pasé de vivirla en primera persona a verlo cada día desde los ojos de la maestra que ahora soy. Muy actual, sobre todo en estos días. Saludos.
ResponderEliminarMe gustan mucho estas viñetas tuyas de la doméstica actualidad. Divertidas y ocurrentes. Y que nos hacen ver lo contrario: el lado rutinario, repetitivo y hasta sórdido y penoso de la existencia, que se nos impone por nuestro bien.
ResponderEliminar