Llegó el otoño y el viento recorre la ciudad dejando desiertas las calles.
Sentado en un banco apartado recuerdo como eran mis octubres: vuelta al trabajo, proyectos, prisas y compromisos por doquier.
¡Que larga puede hacerse una mañana!
A las tres recojo la cartera, me arreglo un poco la corbata y recobro el paso decidido.
Abro la puerta y oigo a mi mujer: ¿Que tal en el despacho, cariño?, aspiro aire con esfuerzo y contesto “ya sabes, liado, como siempre”
desasosegada
Pincelada de un cuadro que se puede ver en los jardines. Han demonizado tanto al parado que más de uno no lo soporta. ¿Qué opinaba ese ejecutivo antes de los parados?
ResponderEliminarXimens, tres años en desempleo, mañana tengo la tercera entrevista.
Suerte Ximens, deseo que esta entrevista sea la definitiva. Un abrazo.
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