viernes, 14 de octubre de 2011

En la cara.

Me asomé al portal de Daniel que, mientras camina con su bastón blanco piensa en el último día que pudo escuchar la risa de su pequeña Natalia.
Temblé cuando sacó del bolsillo la tarjeta de Auxilio que siempre muestra para que lo ayuden a cruzar. Lloré cuando ví que con sus manos escucha y ve pasar la vida, adivinándo palabras que sólo puede escribir con puntitos. Y sonríe. Lo aprendió.

lenita


4 comentarios:

  1. No conecto el título con el relato, por lo demás impreciso.

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  2. Temblar, llorar ante un personaje de tal fortaleza? Él, sin embargo, sonríe porque aprendió a hacerlo, como aprendió a conocer el mundo a través de las manos y esos puntos que hablan. Pues a mi me gustó la atmósfera en que se mueven los hálitos de este personaje de Lenita. Eso sí, me quedé con ganas de saber algo más de Natalía ¿qué pasó con ella? Y en cuanto la desconexión con el título, la autora seguro que podrá aclararlo. Un abrazo

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  3. En la cara muchas veces nos escupen verdades que están allí y no queremos ver, pues pensamos nos quedan lejos. Y entonces recibimos la bocanada de que no estamos a salvo de nada. Natalia siguió su vida ayudando a su padre invidente a caminar con sus ojos y oir con sus oídos.

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