Nunca fue un gran conversador. Las palabras huían esquivas,al intentar crear un hilo argumental. Sin embargo, cuando escribía, fluían sin mesura construyendo ideas. La tecnología le brindó la oportunidad de comunicarse con criaturas semejantes, "escribidores de lo inmediato". Hasta que ocurrió lo impensable. Sus palabras se desvanecían tan pronto concluía la frase. Una y otra vez. Desaparecidas. Le encontraron sobre el teclado, presionando el punto. El punto final.
Damadeltablero
Damadeltablero
Los signos de interrogación que aparecen en el texto, deberían ser "comillas". Disculpad, pero no lo puedo arreglar. Un saludo a todos/as.
ResponderEliminar@damadeltablero
ResponderEliminarA quien corresponda, muchísimas gracias por arreglar el micro.
Ufff, un relato estremecedor... y yo voy y lo leo justo antes de ponerme a escribir. ¡Brrrrr! Muy bueno, dama.
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