El Museo Tojui de Arte Contemporáneo está situado en una ciudad japonesa. Lo visité, no por amor al arte, sino porque mi vuelo a Tokio tuvo que ser desviado al aeropuerto de esa ciudad y disponía de unas horas libres. Vagaba sin interés por sus salas, cuando una fotografía me abdujo. Mi dulce abuelita, en porreta, me sonreía desde ella. Atónito, leí la leyenda explicativa: «Felice Beato. Hori´s friend. 1881» De golpe, comprendí el origen de mis ojos rasgados. Y la razón de la cuantiosa beca que la Fundación Hori me adjudicó.
mj
Pués tiene su gracia...me pareces una persona con una gran creatividad
ResponderEliminarVaya, muchas gracias. No esperaba ya ningún comentario a este relato. Un saludo.
ResponderEliminar