Como promoción navideña, le obsequiaron con un fabuloso juego de cuchillos de cocina.
Eran de acero sueco y corte japones, una cosa curiosa, pero que era el no va más en cuchillos.
Se había gastado un fortunon en unos de cerámica que era lo último en cuchillería y ahora resultaba que volvía lo tradicional. Como eran nuevos decidió usarlos en casa, antes de darles el visto bueno profesional para utilizarlos fuera. Llamó a la portera, con la que hizo un trabajo impecable. La saga familiar continua
Eran de acero sueco y corte japones, una cosa curiosa, pero que era el no va más en cuchillos.
Se había gastado un fortunon en unos de cerámica que era lo último en cuchillería y ahora resultaba que volvía lo tradicional. Como eran nuevos decidió usarlos en casa, antes de darles el visto bueno profesional para utilizarlos fuera. Llamó a la portera, con la que hizo un trabajo impecable. La saga familiar continua
Alfred
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