jueves, 1 de diciembre de 2011

Uña y carne

Éramos inseparables, hicimos juntos el proyecto final de carrera, del cual francamente, él fue el alma y yo el cuerpo. Pero el éxito me sonrío a mí; vendí nuestro trabajo a una empresa y me instalé en el triunfo y la opulencia.
Su vida siguió sencilla.
El péndulo de la vida volvió a caer y me devolvió, recién divorciado, recién despedido y recién fracasado, a mi ciudad natal.
Sin preguntas, me adoptó como si aún fuera un frágil colegial.
Ahora me pregunto si no le hice un favor robándole el futuro.



desasosegada


6 comentarios:

  1. la vida nos lleva y trae por caminos insospechados.....

    ResponderEliminar
  2. Quizás no le robó el futuro sino que simplemente se canceló la hipoteca del tiempo y ya libre de cargas retornó a un pasado donde el interés era del cero por ciento. Buen micro, te felicito.

    country49

    ResponderEliminar
  3. y jamás sabremos lo que hay detrás de aquella puerta que no abrimos !menos mal!!. Gracias por el comentario.

    ResponderEliminar
  4. Me ha gustado. La última frase es bastante buena para confirmar el carácter, orgulloso, del personaje.

    ResponderEliminar
  5. !Que maravilla! 500 caracteres y eres capaz de intuir el carácter del personaje. Muchas gracias por tu atenta lectura.

    ResponderEliminar