viernes, 6 de enero de 2012

Declive

El espejo le había devuelto una imagen algo difusa. Debo limpiarlo, se dijo.

Con aparente despreocupación, calculó la distancia entre ligando y receptor y liberó el preciso pulso de energía para completar el acoplamiento. Como de costumbre, la conexión sináptica estimuló puntualmente la contracción muscular programada.

Revisó rutinariamente el proceso. Con horror, comprobó que, por primera vez, el proceso se había retrasado un nanosegundo.

Volvió frente al espejo. Y entonces lo vio.

Befana


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