miércoles, 4 de enero de 2012

Memorias

El año de la guerra, dice la abuela, tampoco nevó, ni florecieron los almendros, ni parieron las ovejas, ni espigó el trigo.¿Qué guerra, abuela? Usted nunca estuvo en ninguna, ni tuvo almendros, ni ovejas ni nada. Y en el pueblo no nevó nunca. Desde luego, cada día tiene más fantasía. La anciana, saca un libro que hasta ese momento tenía en su regazo bajo la bata de la residencia y reitera: Sí que estuve, aquí, y con más presencia que en ese pueblo de mierda donde me casaron y donde nunca nevó.

Rodia


3 comentarios:

  1. Muy bueno,Rodia, muy bueno. La fantasía no es patrimonio exclusivo de la juventud.

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  2. Gracias, Andrés. Por suerte, todavía no han descubierto como recortar, congelar o gravar la imaginación... ¿o sí?

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  3. Gracias, Andrés. Por suerte, todavía no han descubierto como recortar, congelar o gravar la imaginación... ¿o sí?

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