jueves, 19 de enero de 2012

Reciclando

Desde la única palmera de que disponía, se pasaba el día oteando el horizonte. Como naufrago que era, envió mensajes en unas botellas de vino burdeos del 58, obsequio de la bodega del yate en el que se hundió, debidamente asimilado su contenido. Se dedicó a explicar su sentida soledad al mundo, vía mar, cuando la mares estaba alta y que le devolvía las botellas, cuando estaba baja. Momento en el que bajaba, aprovechaba para recogerlas y respondía a sus propios mensajes, todo totalmente ecológico

Alfred


2 comentarios:

  1. Antes de nada, me gustaría felicitarte por tu alta "productividad" en lo que a creación de relatos se refiere, Alfred.

    Pero permíteme que te sugiera que no estaría de más que repasaras un poco más los relatos antes de publicarlos, pues, aunque generalmente la idea de partida es interesante, quedan lastrados por ciertos errores, tanto ortográficos (sobre todo, en lo que se refiere a acentos) como de redacción.

    Espero que no te moleste mi comentario, simplemente creo que si cuidaras esos detalles, tus relatos ganarían bastante.

    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Tomo nota de lo que dices, para poder mejorar la idea de partida en una mejor redacción y ortografía. Muy agradecido por tu comentario.

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