jueves, 5 de enero de 2012

Un elevador para....

Fue un honor para él, estrenar la nueva plataforma elevadora, la hicieron expresamente. Incluso tuvieron que agrandar la trampilla, todas estas mejoras retrasaron el evento unos meses, entre la aprobación de obras, autorizaciones, firmas, aportaciones presupuestarias, le dieron tiempo para leer el Ulises de Joyce, pero al fin lo iba a estrenar, le llevaron en su silla de ruedas, le subieron con el elevador y lo depositaron justo encima de la trampilla, de la que cayó limpiamente a su momento. Alfred

2 comentarios:

  1. Jajaja, la maldita burocracia. Excelente, Alfred, excelente, y con un buen final. Éste es de los que me gustan...

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