domingo, 5 de febrero de 2012

Beagel

Me observaba con total interés, ninguno de mis movimientos se le escapaba, estaba pendiente de todos y cada uno de mis músculos, que le delataran alguna señal por mi parte para ponerse en acción. Esperaba ver si se impacientaba, pero su aplomo era total, y no podía distraerlo con ninguna maniobra alternativa, nada de mí se le escapaba. Su mirada denotaba una obstinación digna de un buen cazador, totalmente dedicado a la espera de una distracción de su presa, para hacerse con ella. Salimos juntos

Alfred


0 comentarios:

Publicar un comentario