lunes, 6 de febrero de 2012

La vida de los otros

Aquella anciana desconocida se abalanzó sobre mí y comenzó a besarme.
Tenía que haber dicho "Sra. no la conozco" pero esbocé una sonrisa.
¿Qué fue de ti, Teresa? ¡Cuánto te eché de menos! desapareciste sin más, pero yo lo comprendí ¡aquel hombre era tan guapo? y además tú embarazada, tan joven. ¿Qué fue niño o niña? ¡Que contenta estoy!
Y siguió dando detalles y detalles hasta que comprendí que para ella, el pasado era presente y el presente humo.
El nombre de mi madre era Teresa y yo tengo 60 años.


desasosegada


1 comentario:

  1. Que triste y que cierto, ilógico destino desconocido para cada uno de nosotros, quizá escrito sobre la marcha, no preescrito. Un beso

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